miércoles, 27 de febrero de 2013

Conflicto y mediación



La mediación es uno de los llamados métodos alternos para la solución de conflictos y consiste en privilegiar el diálogo, el entendimiento y la consecución de acuerdos por las partes involucradas, con la ayuda experta del mediador.
Pero ¿qué es el conflicto? Bueno, podemos definirlo como la situación en la que dos o más personas están en oposición o desacuerdo porque sus posiciones, intereses, necesidades, deseos o valores son incompatibles o son percibidos como incompatibles, en el que juegan un papel muy importante las emociones y sentimientos, y donde la relación entre las personas en conflicto puede salir robustecida o perjudicada en función de cómo sea el proceso de resolución del mismo.
Y, bueno, la verdad es que si pensamos en la palabra “conflicto”, de inmediato se nos vienen a la mente imágenes de peleas, discusiones, todas con una connotación desagradable, y cuando pensamos en cómo resolverlo, no pocas ocasiones creemos que la única manera es la confrontación directa o, en otros casos, en pleitos judiciales interminables que afectan nuestra calidad de vida.
Probablemente piensen que los conflictos son ajenos a nosotros y que como “yo no soy conflictivo o problemático”, esta charla sale sobrando y no me interesa.
Déjenme decirles que el conflicto es parte esencial de nuestra existencia, porque aunque no lo busquemos conscientemente, el conflicto tarde o temprano se nos presenta bajo formas que desafortunadamente no reconocemos como eso, como un conflicto, ya sea porque nos hemos acostumbrado a él o porque pensamos que nuestra forma de enfrentarlo le quita toda esa carga negativa que como dije, afecta nuestra calidad de vida.
Así, tenemos conflictos con nuestros compañeros de trabajo, de escuela; nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestra familia; con el señor que todos los días se estaciona en el lugar que nos queda más cerca a la oficina, etcétera.
Pero el conflicto no es en sí mismo negativo. Lo que nos hace percibirlo de esa manera es la forma errónea en que lo enfrentamos pues cuando lo tenemos frente a nosotros, acostumbramos a imponer nuestros puntos de vista, a satanizar a la otra parte, a descalificarla, lo que nos lleva a una situación realmente incómoda y muy estresante, en la que cada uno de los involucrados tratará de anular o destruir a su contraparte, a quien ven como un enemigo.
En realidad, el conflicto representa una oportunidad para escucharse y tomar acuerdos que beneficien a las dos partes y para ello está el mediador, que cuenta con las habilidades necesarias para lograr que los participantes de la mediación puedan comunicarse efectivamente y puedan llegar a acuerdos en los que ambos no solamente resuelvan su conflicto, sino que además queden con la posibilidad de recomponer la relación lastimada previamente.
¿Qué conflictos pueden mediarse? Prácticamente cualquier conflicto puede mediarse, siempre y cuando exista voluntad de las partes para hacerlo. Asuntos vecinales, escolares, familiares, créditos, pensión alimenticia, custodia de los hijos, sucesiones, en fin, como dije al principio, casi cualquier conflicto.

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